domingo, 17 de febrero de 2013

La ley de la calle (años 80)

Se han escrito un montón de cosas sobre los años 80...la inmensa mayoría, con ánimo nostálgico...sobre los juguetes o juegos que estaban de moda, los pastelitos industriales como Tigretones y demás útiles de meriendas, dibujillos animados, series...etc, etc...

Pero poco o nada se ha contado de lo putas que eran las calles...como si quisiéramos borrar de la memoria esas tardes de perros corriendo a casa perseguidos por hordas de yonkis y quinquis tratando de mangarte el reloj calculadora y las 25 pesetas de la paga...porque era lo más parecido a un apocalipsis zombie...

En aquellos años, se pusieron de moda películas infumables sobre macarras tan famosos como el Torete, el Vaquilla y demás alegres bandoleros. Lejos de poner en vereda a esos energúmenos, esas películas los encumbraban como putos héroes empujados por el sistema a cometer toda clase de hijaputeces.

Y el mensaje caló muy hondo...joder si caló...porque de pronto había cientos de quinquis de regional que envalentonados con emular las hazañas de esos héroes, se lanzaban a la mala vida pegando palos pero no a bancos, si no a piezas más vulnerables, los críos que salían de la escuela.

Y los hijoputas formaban bandas medianamente organizadas que patrullaban las salidas de los colegios, arrinconando a las víctimas como si fuera un concurso de perros pastores...

Ahora, son todos presidentes de comunidades autónomas...hasta el de la derecha.

Y te quitaban todo bajo amenazas de darte una paliza o quemarte los libros. Las bandas que daban miedo, eran aquellas que tenían entre sus integrantes a un gitano. Esas películas habían estereotipado la imagen del gitano en plan "contemplé un caballo blanco y el nombre del jinete era la muerte". Daban un miedo acojonante, no como ahora, ya mayores. Nos siguen dando un miedo acojonante pero al menos corremos más rápidos...

Luego estaban los yonkis, que eran también los que más miedo daban, porque si te pillaban, te podían pinchar con una jeringuilla y "endrogarte". Aunque eran más fáciles de esquivar, porque no podían correr mucho...¿De dónde salieron tantos yonkis? Pero joder, si hasta los que debían dar ejemplo lo eran...



¡¡¡No diga cinismo, diga Maradona!!!


Así que cuando salias de la escuela, te sumergías dentro de un Meal Gear, asomándote por las esquinas...estudiando los movimientos de las bandas macarriles...precipitándote dando volteretas entre los coches o cubriéndote tras los contenedores...lanzando pequeñas piedritas lejos para provocar que fueran a investigar ese sonido...y ojo...a palo seco...sin armas...sin codec...una carpeta forrada con la portada de Rambo o con Larry Bird y una clásica mochila azul de RAM...sin camuflajes ni hostias...¡Aprende Solid Snake!

Y a veces llegabas a casa con esas 25 de las futuras pesetas en el boslillo.

La droga era casi una puta obsesión. Todo el día nos estaban avisando de que había camellos repartiendo caramelos con droga en la puerta de las escuelas...yo la verdad, los más cercanos a camellos eran los que repartían álbumes de cromos que muchos no se atrevían a coger porque decían que si chupabas las hojas...tenían "endroga"...


Pim pam toma la casitos...


La verdad es que Bilbao era un peligro en sí mismo, sin necesidad de estos engorrosos extras de quinquis, macarras, yonkis y camellos...bastaba un pequeño vistazo a la ría para saber que un enemigo invisible nos estaba mangando la vida a chorros y en silencio...ese color...no era normal...

La micción más grande el mundo.

Y ya no hablemos de los columpios...que miras los de hoy, forrados con suave acolchado, y te quedas con los ojos cuadraos...antes ir a los columpios era jugarte la puta vida...íbamos a lo loco, porque si lo pensábamos no nos movíamos de casa...y ahí terminábamos...en esos columpios que parecían el atrezzo de pesadilla en Elm Street...de hierro...con picos...sobre el puto cemento...

"Wellcome to Silent Hill"

Así que todo dios acababa con cicatrices...nos dábamos unas hostias industriales soberanas...pero coño...nadie cascaba...y eso que nos jugábamos desnucarnos todos los putos días...los críos ahora, las únicas cicatrices que se hacen son cuando se ponen los piercings, que esa era otra...antes llevar pendiente era sinónimo de quinqui...antes llevar pendiente molaba...ahora todo dios lleva pendientes hasta en las cejas...ahora llevar pendientes da asco...

En fin...

No todo va a ser buen rollo y dulce nostalgia...

¡¡¡Ya te voy a dar yo "no a la droga", so payaso!!!



3 comentarios:

  1. En Bilbo no se, pero en Barcelona lo de esquivar yonkis nos hacía pasar por calles que ni siquiera habíamos pisado antes.. Recuerdo un sábado por la noche en que en un paseo de 10 minutos me trataron de atracar 3 veces!! Y acabé corriendo, que habíamos quedado en la plaza y si llegabas más tarde de un cuarto de hora se piraban los colegas, que no había móviles..

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  2. En Bilbo hacíamos slalom con yonkis, macarrillas y demás gente de mal vivir...si te pillaban, les decías "no tengo nada"...era entonces cuando usaban el método "te voy a vaciar los bolsillos, y como te encontremos algo te partimos la cara". Y ahí era o rendirse o acabar molido a palos...

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  3. En Portu la cosa iba por barrios y republicas independientes, y como no solías salir de tu reducto, en casa solías estar a salvo, a pesar del entorno post-apocalíptico de las zonas industriales. Alguna vez te pillaba algo, pero vamos, que cae un asteroide del tamaño del busto de pitxitxi y lo llaman fin del mundo, pfff... a ver si va a ser que érais mú pijos, vosotros.,..

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